martes, 24 de abril de 2018

MUSGO EN TODAS PARTES.



Pensé que seguiría igual. Uno se va con las ganas de volver obligándose a creer que será por unos meses, hablas con tus amigos para recordar que no será por mucho tiempo, luego cuelgas el celular y cierras las aplicaciones con el ánimo de dejar la nostalgia en pausa, de dejarla encerrada en el teléfono. Siempre que miraba la pantalla, pensaba que por esas finas fisuras se escapaban de vez en cuando, ansias de escribir a algún familiar olvidado, ver los estados de mis amigos, fisgonear algunas fotos de mujeres desconocidas, buscar algún recuerdo que me entretuviera. Vi un cartel virtual en donde invitaban a un congreso de biología, recordé que me había ido por una mujer y lo único que conseguí fue un doctorado, una ironía pastosa, había huido alejándome de mi obsesión por los briófitos, es que los veía en todas partes, en cada esquina eran antoceros, líquenes, hepáticas y musgos saliendo de todas las aceras, veía sus partes en mi cabeza como si mis ojos llevaran una lupa para dibujarlos, por eso siempre pude hacer de ellos una fotografía. Así fue como conocí ese amor, dibujando. Me enamoré de ella cuando me propuso que la pintara, pensaba que si era bueno con las plantas, ¿Por qué no con ella? Pero me enamoré sobretodo cuando conocí sus piernas y su sexo velludo, era fascinante y veía con mis dos lupas cada folículo piloso y como de cada uno de ellos nacía ese vello hermoso, era como un musgo seco y aromático. Había huido de la ciudad escapando de los líquenes y ahora me había enamorado. Quien lo creyera, una vez me burlé de un amigo que se fue de viaje por un sueño, se fue sin dinero y fue feliz, o eso mostraba su Facebook, ¿y yo? ¿Era feliz? Mis dibujos tal vez decían otra cosa.

En el muro de una compañera de estudio que hace muchos años ni le escribo, vi una fotografía que explicaba un poco la función de estas plantitas: "Los briófitos, son plantas epífitas, no vasculares, no tienen xilema ni floema, crecen sobre otro organismo y necesitan agua en el sustrato que colonizan para vivir". La publicación hablaba de la importancia de algunas sub especies de musgos y, en seguida, una fotografía de la plaza central, impecable, sin una sola mala hierba. Eso era triste para mí, estaba obsesionado con esos pequeños pastos verdes que aparecen en las comisuras más extremas de las losas de concreto y piedra de la plaza, como una plaza depilada y pura. Ahora las ciudades modernas persiguieran esos inofensivos vellos capilares que nacen en los folículos pilosos de las aceras, querían acabar con ellas, así como las mujeres modernas se afeitan ese musgo que crece en el pubis.

Por eso me fui, quería largarme para no ver más esas plantas indeseadas en las plazas públicas, y terminé enamorado de los antoceros que nacen en un lugar privado. Me fui buscando un amor y ahora soy doctor, como si el título lo regalaran por la compra de un despecho. A veces siento que ese despecho se parece mucho a la obsesión que tengo por las hepáticas, una sub especie de obstinación que en lugar de ver el musgo en las fisuras de las casas, me hace ver tu pubis en todos lados, saliendo entre las tejas de las casas del centro, creciendo rezagados entre los ladrillos de los antejardines, en los bordes del sumidero del desagüe, en las esquinas de algunos salones de la universidad donde ahora trabajo.

Me fui siendo joven y lleno de preguntas, regresé con un par de años más pero vacío de respuestas. Nunca supe porque añoraba ese olor aromático. Había huido también buscando un amor, y lo que había encontrado era el cartón de un posgrado. Ahora que regresé me pregunto si tu entrepierna sigue igual, ahora ya no siento tanto interés por los musgos, ahora te veo a ti creciendo en las dunas de mis circunvoluciones manteniendo la humedad de mis ideas.

domingo, 1 de enero de 2017

MI PRIMERO DE ENERO.


El primero de enero,
Recordaré, un poema cualquiera,
Sin la nostalgia de un Sabina ya senil,
Ni las cargas de querer perderme en la madera.

Siempre fue lo mismo bajo esa noche añil,
Añorando postergar aquel día vacío.
Odiando esa anoréxica luna giligil,
Oculta entre la noche de silicio.

Luego de ver a Terpsícore danzar
Creo ya no necesitar el espacio universal,
Ese que llenaba con diluvios en la acera.

Este Primero de enero (ya no del dos mil)
Aunque siga creyendo en que morí.
Creeré en tu mirada sin frontera.

(Homenaje a Joaquin Sabina)

domingo, 9 de agosto de 2015

MÉXICO.


Apareces un día de la nada,
como sabiendo que nadie te ha esperado,
pero en el fondo del que escucha tus latidos
se grita como arrancando un dolor muy olvidado.
Así fue cuando llegaste de repente,
en silencio como el que no quiere ser notado.
Aquel que conoce ese ritmo del ensueño,
el que camina mordiendo las huellas de un collado.

Si soy preciso acepto que no lo había soñado,
por lo menos, tal vez no de esta manera.
Pero dicen que así son las cosas de la vida,
A pesar que lamento la prematura despedida.

Pero consciente que cuando el tiempo es corto,
no es suficiente para aprender a amar.
Sin embargo también sé que esas huellas,
caminan para siempre y sin dejar olvidar.
Por eso aparecen siempre,
se reviven inclusive debajo de la selva,
dan mensaje de estar vivos y presentes,
cubiertos por la espesura de la hierba.

Cuando se descubren susurran los secretos,
secretos del pasado que se callan al andar.
Una remembranza que otrora era un camino,
hoy se convierte en el presente y futuro que vendrá.

Magia, futuro incierto,
pero futuro que se está dispuesto a buscar.
Buscando aquel camino repentino,
ese silencioso sabiendo que se irá.

Ese futuro caminará por siempre lento,
Recordándome lo mejor que vi de México,
Fue que lo vi a través de tus ojos.
Ojos verde selva caminantes olvidados,
Huellas del tiempo, huellas verde selva.

Huellas indelebles que gritan: Ya, regresa!

domingo, 31 de agosto de 2014

SONETO CONTRADICTORIO

Tú eres una mujer maldita,
Yo lo supe, no lo creo todavía.
Tú eres una mujer maldita,
Perfecta casa para los dolores y sonrisas.

También eres una mujer bendita,
El amor de un hombre que le duele todavía.
Una Mujer bendita, que guarda el destello
de una pasión con lejanía.

Eres además de todo una dicotomía,
Que presenta dos caminos,
Dos pasajes inciertos de recorrer la vida.

Una paradoja que lleva consigo alegría,
Una que busca a un placer
Un placer que ya no espero, pero quiero todavía.

jueves, 29 de mayo de 2014

BREVE FUTURO DE UN RECUERDO EN EL PARQUE.

Era el otro extremo, era como si en efecto mirara hacia atrás. Al lado izquierdo un camino de arena, que conduce a una especie de final inconcluso, más allá continúa ese camino después del camino, como si la arquitectura supiera el futuro y lo oculta.

Al lado de ese pasaje de arena, una silla igual a la que estoy sentado, una mesa de metal con un tablero gris y negro. De cerca no combina con el parque, pero si lo vemos de lejos no importa; allí hablaban divertidas tres mujeres, al frente un perro acechaba un insecto entre los arbustos, mientras su amo distraído, habla copiosamente con una mujer desesperada.

Vuelvo a mirar desde el otro extremo, y corroboro el parque ya no era igual. Habían más plantas, pasto verde oliva, flores todas diferentes; las clasifique por colores y conté más o menos 12 distintos.

-       Señor, Buenas tardes, no he podido reunir. Mis hijos no han almorzado.

Mi ensimismamiento desconcertado se llena de atención, veo en esa mirada un espejo, uno que me permite ver ese mismo pasado cuando veía a mi lado derecho del parque. Fue como recordar un Deja vu, fue ver mi expresión de desaprobación respondiendo a la tuya de bondad, una bondad ingenua, pero bondad al fin de cuentas.

Cuando regresé mi rostro, me percaté de la basura que reposaba en el suelo, sólo fue un gesto de nostalgia querer mirarte reprochando esa irresponsabilidad. ¿Querías cuidar la naturaleza tirando basura a la piso? Una contradicción que nunca me gustó, pero siempre lo olvidé para reprocharte una y otra vez.

Lo recorrí con la mirada y en mi pensamiento, de construí lo nuevo hasta dejarlo tal cual como en el momento que todo inició. Me volví a ver contigo bajo ese árbol, con la misma hoja recién impresa. Agucé la mirada y solo reconocí algunas letras.

“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar (…) Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope (…) y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.”

Debería saberlo de memoria, pero de todas formas, estaba allí, caminé alrededor del árbol y vi que el parque en ese entonces no era el mismo, y desde ese entonces me vi sentado en esa silla gris y negra como si existiese una línea que se iniciara a trazar en el futuro hasta le pasado, una que hacía verme a mí mismo sentado, mirándome a los ojos y luego mirándome caminar alrededor nuestro, y ese mismo yo miraba conmigo al tiempo cuando todo inició.

Así, otro Deja vu irrumpe en mi cabeza y me regresa al otro extremo como si en realidad mirara hacia atrás. Aprendí entonces que ni tú, ni yo, ni el parque ya no somos iguales, pero eso no significa que ni el parque, ni yo ni tú, dejáramos de ser los mismos.

El texto entre Comillas pertenece a Julio Cortazar.

domingo, 11 de mayo de 2014

UN FELIZ DÍA DEL FUTURO

Recibí un mensaje del futuro, es un futuro que siento lejano, pero está cerca del corazón. Lo primero que hice fue contarle a quien le pertenecía, si, en efecto no era para mí, era para alguien más y por su respuesta y actitud, infiero que tal vez no quería escucharlo tan pronto. El mensaje decía que será la mejor del universo. Si las cosas son como lo decía el mensaje del futuro, no sería raro interpretar la coexistencia de infinidad de universos, y cada uno de nosotros nacemos con uno nuevo en la cabeza, una interpretación de la vida distinta a todas las demás y eso es lo que nos hace únicos. Un universo nuevo que se gesta en el vientre de las mejores mujeres del mundo, Las madres.
Dussel afirma “El hombre no nace en la naturaleza. No nace desde los elementos hostiles, ni de los astros vegetales. Nace desde el útero materno y es recibido en los brazos de la cultura” (Filosofía de la Liberación Enrique Dussel). Entonces el hombre nace en otro ser, una mujer y ella lo recibe sus brazos, estos llenos de esa cultura que moldea, el hombre entonces se alimenta de alguien y no de algo.
Por eso, las mujeres fueron son y serán las madres del orbe, fueron enviadas al mundo para serlo, esto no se entienda que solo están aquí para tener hijos, la historia demostró que pueden hacer eso, y muchas cosas al mismo tiempo. Eso nos hace débiles a los hombres, puesto que al no tener la capacidad de procrear, se disminuye nuestra tolerancia al dolor y siempre caemos rendidos a los pies de una de ellas, de una mujer. No creo que exista un hombre, por más tosco y machista que fuese, este no se hubiese postrado de una manera, podríamos decir, casi que instintiva y poco “varonil”, ante unos pies o un regazo. Tampoco creo que no haya mejor lugar para las lágrimas de un hombre, que esas dos partes del cuerpo de una joven, sea madre o sea mujer, allí las reciben y como si fueran plantas, absorben todos los nutrientes desde los pies y el regazo, para sentir luego lo que son en la mente y en el alma, con los años reciben del sol y del tiempo la energía para sintetizar esos aprendizajes, y así se hacen fuertes, construyen un tronco lleno de vida para poder recibir en sus manos, esos nuevos universos que nacen de si para recibirlos en sus brazos y ramas de su cultura. 
No somos fuertes, ni mucho menos valientes, la historia solo nos dice que hemos gritado para espantar el miedo y ahuyentar a los enemigos y el peligro, blandiendo desde palos hasta espadas, hoy, en el siglo XXI blandiendo los brazos para encontrar lo que des afortunadamente define la herramienta para espantar el miedo, que es el mismo que sentían los guerreros y es el mismo que comparten esas guerreras silenciosas de la historia. 

Somos fuertes en la medida que no nos hagan falta, en la medida que no las extrañemos, en la medida que no sigamos sintiendo ese vacío lleno en el pecho. Con el tiempo, también aprendemos a caminar y a tomas las fuerzas del sol, pero lo tomamos poco a poco y desde las sombras, ellas son las únicas que ocultan la vergüenza de no tener esa misma tolerancia al dolor. Por eso, ustedes escogen el camino de hermosearse, y nosotros el de dejar sangrar la herida hasta que sane.
 Así creo que ese mensaje venido del futuro, conjugado en un presente permanente desde ese hoy del mañana, hasta este hoy en el pasado, tiene no solo la verdad, sino el derecho de irrumpir la tranquilidad de mi perturbado descanso. Fue una especie de argumento que en ese mañana es una realidad, pero hoy solo es fe, hoy solo es una expectativa certera y aseverada por lo que se sabe con certidumbre, pero no puede comprobarse en los sentidos. 

Feliz día a todas y cada una de ustedes, son una pasión, quien no se desvela pensando, ¿Quién no pierde el sueño cuando de una de ustedes se trata? Feliz día a las que son madres y a las que no, porque son las llamadas a dar a luz al nuevo mundo, así como los griegos honraban a Rea la madre de los Dioses y luego los Romanos ennoblecieron a María, así hoy se honra a todas y cada una de ustedes, a las que nos acompañan, a las que se fueron y a las que aún no han llegado y a las que esperamos regresen…

domingo, 29 de diciembre de 2013

DÉJÀ VU


Así como terminan los sueños,
En un instante, sólo dormimos despiertos.
Entonces abrimos los ojos hambrientos
De encontrar lo que fue y ya no es cierto.

Después, la realidad aparente se esfuma,
Se concentra y se provoca perdida,
Ya no existe, ya no se toca infinita,
Pero a flor de piel se siente ahora extinta

Así en adelante nos miraremos los ojos,
Y cada pestañear será solo un suspiro,
Uno por uno dormido despierto,
Fallecerá al saber de no encontrarse dormido.

Ahora dormidos despiertos valientes se entretienen,
Hallando lo que se encuentra perdido,
Pero segundo a segundo callarán descontentos
El déjà vu que al mirarnos es y ya no es cierto.